Se cree que todos los seres vivos tenemos un antepasado común
cuyos descendientes, al sufrir mutaciones y reproducirse,
originaron la gran biodiversidad actual
La selección natural es el proceso por el cual los seres vivos que cuentan con ciertas características sobreviven y llegan a reproducirse con mayor facilidad que el resto de organismos de su especie.
Las mutaciones se transmiten generación tras generación, ya que son cambios en el ADN. Así, en las especies surgen alelos diferentes, aumentando la diversidad de la población. Además, la reproducción sexual posibilita un gran número de combinaciones a partir de dos progenitores.
El alelo que determina los ojos azules surgió entre
hace 6000 y 10000 años como consecuencia
hace 6000 y 10000 años como consecuencia
de una mutación neutra en el gen OCA2
En muchos de los casos en que las mutaciones son perjudiciales, el organismo afectado muere antes de poder reproducirse, por lo que la mutación desaparece sin transmitirse. En cambio, en otras ocasiones, este proceso es más lento, pasando numerosas generaciones con dificultades para sobrevivir hasta que el alelo mutado se extingue por completo.
Las mutaciones neutras, por el contrario, se transmiten sin condicionar la selección natural hasta que las condiciones ambientales cambian, momento en que pueden pasar a ser beneficiosas o perjudiciales.
Finalmente, las mutaciones beneficiosas se extienden rápidamente por la población, ya que los organismos que las poseen tienen más posibilidades de sobrevivir y reproducirse que los demás, y pueden llegar a sustituir al alelo original.
Este vídeo explica de forma muy amena el papel que tienen las mutaciones y la selección natural en la diversificación de las especies:
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