jueves, 26 de mayo de 2016

Seres vivos que apenas evolucionan

Como ya sabemos, las especies evolucionan a lo largo del tiempo. Algunas desaparecen, y surgen otras nuevas a partir de las ya existentes. Todas experimentan cambios progresivamente...
Un momento, ¿todas? Digamos mejor casi todas. Hay especies que a día de hoy son prácticamente idénticas a como eran hace muchos millones de años, según sabemos por los registros fósiles. Es lo que, en terminología informal, conocemos como "fósiles vivientes".


Fossil Plant Ginkgo.jpgGingko-Blaetter.jpg

Aquí podemos observar el gran parecido que hay entre los fósiles de hojas
de un Ginkgo de hace 170 m.a. y las hojas de un Ginkgo Biloba actual


Es normal preguntarse qué es lo que provoca que estas especies permanezcan sin apenas cambios después de tanto tiempo. Para ello, debemos entender por qué evolucionan las especies:

Según la teoría sintética de la evolución, esta se produce gracias a un mecanismo conocido como selección natural.
La teoría parte de que las mutaciones originan cambios en el genoma de los individuos y, si no acaban con su vida, se transmiten a la descendencia, siempre y cuando ocurran en una célula reproductora.

Como los recursos del medio son limitados y los organismos tienden a dejar el mayor número posible de descendientes, los seres vivos de una misma especie deben luchar por conseguir estos recursos para poder sobrevivir.

Algunas mutaciones dan lugar a alelos favorables que, cuando se manifiestan en el fenotipo, confieren a los individuos que los portan mayores probabilidades de supervivencia y de dejar una descendencia numerosa que los que no los poseen. Así, con el paso de las generaciones, los alelos favorables son cada vez más frecuentes en la población, mientras que los menos favorables tienden a desaparecer. Por ello, la especie cambia de forma continua y gradual.

Este proceso queda más claro con un ejemplo como el siguiente:




Por otra parte, cuando dos poblaciones de una misma especie quedan separadas por una barrera que les impide reproducirse entre sí, las mutaciones ocurridas a uno de los grupos no se transmiten al otro, y viceversa. Además, si las condiciones del medio son diferentes a ambos lados de la barrera, la selección natural les afectará de forma distinta. Todo esto junto hará que surjan diferencias entre los dos grupos de forma progresiva.

Si la separación se prolonga mucho tiempo, puede ocurrir que las dos poblaciones pierdan su capacidad de cruzarse entre sí dejando descendientes fértiles. A partir de este momento, cada uno de los grupos constituye una especie diferente, distinta de la original.

El proceso anterior se conoce como especiación, y aparece explicado con detalle en el siguiente vídeo:




Pues bien, parece ser que los fósiles vivientes no experimentan mutaciones o que, si lo hacen, estas no se ven favorecidas por la selección natural. Esto puede ocurrir en un medio que se mantiene igual durante muchos millones de años y al que los organismos ya están perfectamente adaptados.

He aquí algunos de los fósiles vivientes más representativos, aparte del ya mencionado Ginkgo:


Celacanto (Latimeria chalumnae)


El celacanto se creía extinto desde el Cretácico hasta que se capturó un ejemplar vivo en 1938. Este pez es prácticamente idéntico a sus ancestros de hace 80 m.a. Una causa posible de esta gran similitud es la escasa necesidad de adaptación, pues el celacanto vive en un hábitat estático y ausente de depredadores.



Tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus)


Esta especie de tiburón muestra características primitivas que hacen creer que no ha experimentado apenas evolución desde hace muchos millones de años.



Cangrejo herradura (Limulus polyphemus)



El cangrejo herradura es muy conocido por su curiosa forma y por las aplicaciones médicas de su sangre. Como podemos apreciar en la imagen, es muy similar a sus antecesores de hace 300 m.a.



Triops cancriformis



Este crustáceo, también conocido como tortugueta, ostenta el récord mundial de permanencia en nuestro planeta, puesto que lleva desde el Triásico (más concretamente, desde hace unos 220 m.a.) sin sufrir apenas cambios en su morfología. Por ello, es considerado como la especie animal viva más antigua de la Tierra.



Rana chilena (Calyptocephalella gayi)



La rana chilena es el anfibio más grande de Chile. Al descubrirse un ejemplar con un esqueleto idéntico al de sus ancestros del Cretácico superior, se confirmó la gran similitud que tiene esta especie con su registro fósil. Esta rana es la última especie viva del género Calyptocephalella.



Pájaro ratón (género Coliidae)


Los cólidos (pájaros ratón) habitan en el África subsahariana. Las seis especies que quedan actualmente son las supervivientes de un linaje mucho más diverso de finales del Paleógeno, hace unos 40 m.a., y de una buena parte del Mioceno.



Nautilus



El Nautilus es uno de los fósiles vivientes más conocidos, y muestra una gran semejanza con sus ancestros de hace 100 m.a.



Espero que te haya gustado la entrada, ¡no olvides echar un vistazo a las demás!

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